CUENTOS, MITOS Y TRADICIONES
Por Juan Iván Salomón
–No manches, güey.
–Ahora sí se la jaló este cuate.
–¿Es broma adelantada del Día de los Santos Inocentes?
–Se le botó la canica.
–De cuál fumó.
–Se deschavetó el pobre.
Las anteriores son algunas de las reacciones provocadas por el divertido comentario de Cuitláhuac García Jiménez en referencia a que él podría tomar la estafeta del presidente Andrés Manuel López Obrador cuando éste decida retirarse de la política para descansar en su rancho.
No dijo explícitamente que aspira a relevarlo en la presidencia de la república, pero casi casi lo da a entender.
Hace años el presidente Luis Echeverría Álvarez realizó una larga gira por varios países y de regreso invitó al gobernador de Veracruz, Rafael Hernández Ochoa, para que lo alcanzara y se le uniera en Cuba. Ello bastó para que surgieran rumores entre ilusos veracruzanos de que podría ser candidato presidencial. El escogido entonces sería José López Portillo.
Fernando Gutiérrez Barrios dejó la gubernatura en manos de Dante Delgado para irse de Secretario de Gobernación de Carlos Salinas de Gortari y llegó a sentirse y declararse presidenciable. Fue obligado a renunciar al gabinete antes del destape y adiós sueños guajiros.
Años después, Fidel Herrera Beltrán astutamente aceleró al gobernador Miguel Alemán Velazco haciéndole creer que tenía posibilidades de suceder al presidente Ernesto Zedillo. Ni a precandidato llegó.
En aquella ocasión ganó Vicente Fox Quesada por el PAN.
Ya en este siglo, el inquieto Fidel Herrera Beltrán llevó a cabo desesperados intentos para que lo mencionaran como presidenciable. No lo tomaron en serio.
En tiempos más recientes, el neopanista gobernador Miguel Ángel Yunes Linares también maniobró y logró que lo destaparan para la presidencia. El audaz plan no cuajó.
La futurista declaración de Cuitláhuac García Jiménez sólo provoca risa.
¿O alguien considera que el buen Cui de veras posee los tamaños de AMLO como para aspirar a relevarlo con la estafeta política?
EL PT AGASAJA A PERIODISTAS
Cualquier motivo es válido. El diputado Ramón Díaz Ávila y el dirigente estatal del Partido del Trabajo Vicente Aguilar Aguilar se reunieron en festejo prenavideño con periodistas y rifaron canastas y pantallas de TV.
Hablaron de todo, menos de política y de la controvertida reforma electoral y del plan B del presidente Andrés Manuel López Obrador. Bien por el PT.